sábado, 18 de febrero de 2012

El Reloj de Güigüe

Reloj de Güigüe y coordenadas



A más de 287 años de fundada la parroquia Güigüe, sus pobladores todavía tienen la dicha de disfrutar de una muestra de las cosas viejas y de grato sabor pintoresco como es "El reloj de Güigüe".


En la Plaza Ávila de la población de Güigüe, perteneciente al municipio Carlos Arvelo en el Estado Carabobo se encuentra un antiguo reloj, genuino y auténtico monumento, como los relojes públicos de Caracas, traídos durante los gobiernos del General Antonio Guzmán Blanco y Joaquín Crespo. Es multifuncional, además de dar la hora, también tiene un termómetro, un barómetro y una artística veleta en la parte superior.

Tiene dos placas una dice "Hacienda El Trompillo, General J.V. Gómez" y la otra "El Trompillo, altura sobre el nivel del mar 472 metros, distancia á Maracay 58 Kms".

El Reloj "El Trompillo", el cual estuvo ubicado en el patio central de la Hacienda El Trompillo de Don Antonio Pimentel en el año 1940 y 1947 y fue desmontado de su base original, y trasladado al centro de la Plaza Avila; 10 años más tarde fue colocado al lado de la Iglesia Nuestra Señora del Rosario en Güigüe.

Hermosa reliquia barroca construido en elemania y dado como presente al general Juan Vicente Gómez, para honrar al pueblo. Este reloj de Güigüe era utilizado para medir el tiempo a las personas que recogían café de la producción sureña de Copetón, Santa Efigenia, Altamira y las Palmas.

Este reloj fue testigo de las vivencias de Don Antonio Pimentel y el General Juan Vicente Gómez, durante sus estadía en la Hacienda el Trompillo, una de sus tantas propiedades; al morir el General Gómez, el reloj fue trasladado a la plaza Ávila de Güigüe totalmente descompuesto, allí fue reparado y marcaba las horas parroquiales del pueblo; hay quienes dicen que la persona que lo reparó murió a los pocos días, luego un hombre de origen italiano de nombre Salvador Consoli, fue operario de dicho reloj y cuando abandonó este oficio y se marchó para su tierra natal, a los pocos días dejó de existir, después un señor de nombre Andrés Mijares, a quien llamaban “Chipia” murió luego de reparar el reloj.

 El casó más reciente de los operarios del aparato fue el conocido maestro de esa localidad, Juan Lorenzo, quien se atrevió a poner a funcionar el reloj y al poco tiempo murió en Valencia.

Desde entonces se corrió la Leyenda en toda la región central de Venezuela, de que aquel que repare “El Reloj de Güigüe”, que prepare el testamento porque le quedan pocas horas de vida.

Muchas personas dicen que esta leyenda es pura casualidad, ya que los relojeros que han estado dentro de él para repararlo, han sido personas de edad avanzada, es decir, entre 80 y 90 años de edad.

De todos modos sería interesante ver si uno de la nueva generación se atrevería a repararlo...






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