sábado, 18 de febrero de 2012

El abogado en el burdel











La “Madame” abrió la puerta del burdel y se encontró con un elegante caballero de mediana edad.
- Puedo ayudarlo? Preguntó la madame.
- Quiero ver a Natalie, contestó el Señor.
- Natalie es una de nuestras damas más costosas, quizás alguna otra de las chicas…?
- No, debo ver a Natalie – replicó él.
Enseguida vino la tal Natalie (im-pre-sio-nan-te!!) para explicarle al caballero que ella cobraría U$S 1.000 por la visita.
Sin pestañear, el hombre metió mano en el bolsillo y le entregó diez billetes de cien dólares. Ambos se fueron a uno de los cuartos y al cabo de una hora el Sr. salió muy tranquilo.
La siguiente noche, el mismo caballero apareció nuevamente demandando ver a Natalie. Natalie replicó que era muy raro para cualquiera visitar el lugar dos noches seguidas y que ni pensara en descuentos. Nuevamente el hombre echó mano de sus billetes y le entregó otros diez de cien dólares. Luego, como el día anterior, en compañía de Natalie, se marchó a uno de los cuartos por una hora y se fue.
Cuando apareció nuevamente una tercera noche consecutiva, nadie podía creerlo. Nuevamente le entregó a Natalie mil dólares y se fueron ambos a un cuarto por una hora. Mientras salían, Natalie le dijo al hombre:
- Nadie ha usado mis “servicios” por tres noches consecutivas. ¿De dónde es Ud.?
El señor replicó:
- De Philadelphia.
- ¿En serio? Contestó ella. Tengo familia en esa ciudad.
- Lo sé, dijo el caballero. Su padre falleció y yo soy el abogado de sus hermanas… Ellas me pidieron que le entregara su parte de la herencia: US$3.000. Buenas noches. Ha sido un placer.

MORALEJA: Ciertas cosas en este mundo son inevitables: la Muerte, los impuestos y que te joda un abogado.

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