Un hombre fué citado para una investigación relacionada con sus impuestos. Asustado, le preguntó a un contador de qué manera vestirse.
- “Usa harapos. Que piensen que eres un pobre mendigo”, replicó el contador.
Cuando le preguntó a su abogado, éste le dio exactamente el consejo contrario.
- “No dejes que te intimiden; usa tu mejor traje y la corbata más elegante”.
Confundido, el hombre decide preguntarle a su mujer. Le cuenta de los dos consejos recibidos y le pide su opinión.
- “Dejame contarte una historia. Cuando estaba a punto de casarme contigo, le pregunté a mi madre qué ponerme la noche de bodas. Me dijo: ‘Ponte una bata pesada, de franela, que te llegue al cuello.’ Pero cuando le preguenté a mi mejor amiga, me dió otro consejo totalmente opuesto: ‘Ponte el negligé más pequeño que tengas, transparente y con un escote que te llegue hasta el ombligo’ “.
El hombre protesta:
- “Pero mi amor, ¿que tiene que ver eso con mis impuestos y con mi cita?”
- “Pues que no importa cómo te vistas, igual te van a coger”
- “Pues que no importa cómo te vistas, igual te van a coger”
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