martes, 21 de febrero de 2012

El granjero y la anciana





Un granjero va al mecánico para que le arregle la pickup.
Como no iban a poder arreglarla enseguida decide volver caminando a su granja, que no quedaba lejos. Por el pueblo se detiene en la ferretería a comprar un balde y un tarro de pintura. Luego pasa por la carnicería y compra 2 pollos y una pata de cordero. Pero al salir de la carnicería se da cuenta de que tenía un problema: ¿cómo llevar a su granja todo lo que habìa comprado?
Mientras se rasca la cabeza se le acerca una ancianita que le pregunta:
-’¿Me podría decir como hago para llegar a la granja de los Rodríguez?’
El hombre contesta:
-’Bueno, mi granja está muy cerca de la de ellos. Con gusto la acompañaría hasta allà pero no puedo llevar todas estas cosas que compré’.
La viejita le responde:
-’¿Por qué no pone la lata de pintura en el balde, agarra el balde con una mano, se pone un pollo debajo de cada brazo y lleva el cordero con la otra mano?’
-’¿Sabe que tiene razòn?’ -contesta el hombre-, carga todo y empiezan a caminar.
A los cinco minutos el hombre le propone:
-’Agarremos un atajo que pasa por ese monte. Asì nos ahorraremos bastante camino’.
La viejita lo mira cautelosamente y le dice:
-’Yo soy una viuda solitaria y sin marido que me defienda. ¿Còmo sé yo que Ud., cuando entremos al monte, no me va a poner contra un árbol y me va a violar?
El hombre responde:
-’ ¡¡Dios santo, señora!! Estoy cargando un balde, una lata de 5 litros de pintura, dos pollos y una pata de cordero. ¿Me quiere decir como hago yo para ponerla contra un arbol y violarla?’
A lo que la viejita contesta:
-’Ponga el cordero en el suelo, tápelo con el balde, ponga la pintura encima del balde y yo le sostengo los pollos’.

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